Había una vez un niño...el más querido y engreído por mi madre...tan querido que cuando mamá se enteró que tendría una bebé...decidió que nacería el mismo día del cumpleaños de su pequeño sobrino...motivo por el cual nací a los 9 meses y medio un 23 de Abril.
Cuando yo tenía 3 años...mi querido primo comenzó a enfermar...la familia no tenía muchos recursos pues esta enfermedad era muy cara...mamá recorrió y tocó muchas puertas y cuando consiguió la ayuda y lo necesario para la operación...fue contagiado por un virus en el hospital...y nos tuvo que dejar...
Hay muy pocas cosas que recuerda una niña de 4 años, pero hay un recuerdo que nunca se me borrará...unos días antes que nos abandonara su bella sonrisa...yo bajaba las escaleras de su casa y él salía por el balcón...gritando...Claudita, Cayita, pequeña...esto es para tí...sigue tus sueños...la niña de 4 años volteó espectante por lo que veía venir a una velocidad inmóvil, y aquel payasito de trapo cayó en sus pequeñas manos...recuerdo haberle dicho: te quiero, gracias!
Hace unos días, se cumplieron 20 años de tenerlo como mi ángel, mamá me dijo, mientras tomábamos desayuno...cómo es no? Sandro...te predijo el futuro...era un payaso lo último que te dió y ahora eres una payasita que transmite lo que él nos regalo durante su vida...
Hoy estoy vistiendo a aquel payasito de trapo...con nuevo vestuario...así como...re-visto mis ganas y necesidad de seguir en este camino.
3 comentarios:
oh amiguita que tierno, asi son las señales q nos da la vida solo hay q estar atentos, todo tiene una razon de ser...
q hermoso cayita. q suerte tienes de tener un angelito como él. revistete!
Muy bien escrito!
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