jueves, 31 de enero de 2008

Doña Ton y Don Tito...


Doña Ton y Don Tito, estaban casados hacía 5 años pero debido a la rutina, los problemas económicos, la diferencia de intereses y la poca vida social, parecía que ya habían cumplido sus bodas de plata.

Doña Ton, era alegre, divertida, vivía intensamente cada detalle, una flor la alocaba y un beso la mataba...pero un buen día se enfermó no había ni flor ni beso que la emocione! Cargaba su mundo ("Don Tito") a cuestas y lo cuidaba y protegía dentro de su zona segura...su casa.

Don Tito, era inteligente, tranquilo, seguro, moría por los libros y amaba el Kung Fu, cantar mantras, etc...Cuando Doña Ton se enfermó, se paralizó...no supo qué hacer porque la quería con todo su corazón y más...aunque Doña Ton le exigía que la reviva, le daba señales de humo para enseñarle el camino...no supo qué hacer.

Antes de morir Doña Ton, le dijo a Don Tito..."adiós, lejos de mí estarás mejor". A Don Tito le encontraron un hueco muy profundo en el corazón y este lo lleno de locura, aventura y emoción...

Mientras Doña Ton agonizaba, empezó a sentir la brisa marina sobre su rostro, disfrutó el olor del mar, se inspiró con una sonrisa...soñó una vez que entraba en un túnel, detrás de este se escuchaban voces de niños y adultos...cuando entro por él...los aplausos no cesaron mientras se mezclaban la emoción, la nostalgia, el miedo y la alegría...Doña Ton, encontró la cura de su enfermedad...la escencia perdida y fue a compartirla con Don Tito...pero ya era tarde, Don Tito, había dejado de ser lo que Doña Ton tanto amó, se había dedicado a noches en las que el alcohol borró su dolor, en las que las mujeres llenaron la mitad de su cama vacía, había cambiado los libros por el gimnasio, las compras y el nuevo look. Don Tito, intentó abrir su corazón a Doña Ton...pero...fue en vano, las frecuencias distintas, el resentimiento, las prioridades, la luna, las constelaciones, el universo no los favoreció.

Hoy Doña Ton, guarda en una cajita todo ese amor...Don Tito, se refugia en su nueva vida.

jueves, 24 de enero de 2008

Desde lo más profundo...


AUXILIO...Tengo miedo, no hay nadie aquí
Todo ha sido en vano, tanto sacrificio y hoy no tengo nada
AUXILIO...No quiero morir sola, siento que me voy
Hace frío, tiemblo y lloro, auuuuu esto está doliendo
No puedo...no podré...no debo...no merezco...no quiero
AUXILIO...Ya no sufriré más, me voy definitivamente

-Ringggg: Aló?
Perdón pero no puedo ir al show de hoy...
--Que dices?, no te entiendo nada! por favor no te pongas así!
Lo peor que puedes hacer es dejar de hacer!
-Sufro, no tengo fuerzas, tengo miedo a todo, perdón...Lloro
--Bueno llora todo lo que quieras, luego te comes un Frío Rico de Trufa
Ojo: sólo por hoy...y más tarde te cuento muchos chistes...Eres una chica que vale oro, mañana todo será distinto...vamos levantate

Lloro más, me abrazo sola, me miro al espejo, paro, me lavo la cara...suena el sonido del Señor Heladero
Señor heladero me mira apenas salgo a la ventana...Me estuvo esperando?, sabía que saldría? Lo llamo, compro un Frío Rico...upss me duele la garganta, me la desgarré de tanto llorar...pienso...hmm, es mejor desgarrarsela saboreando un rico helado...

domingo, 20 de enero de 2008

Más cuentos para Andrea??


Andrea es una niña de cuatro años, tiene cáncer, la totalidad de su cabello ha desaparecido por las quimioterapias, tiene además un problema en la vista que no le permite ver...desde que la ví hace como un mes estaba en una cama de hospital con una estructura metálica que la ayuda a que su sabanita no le toque las piernas.

A ese cuarto no entren mejor, nos dijeron las enfermeras...Cayita preguntó: Por?...la enfermera respondió: no no esa niña está muy mal derepente el padre no quiere...Hmmm, pero porque no se lo preguntamos, repliqué, el padre con mirada perdida, ojos vidriosos y actitud nerviosa desde el fondo del cuarto hizo un gesto que admitió nuestro ingreso: Tres doctores payasos entraron muy despacito a un cuarto en el que probablemente podríamos incomodar.

Desde que me acerqué a la cama, el padre me dijo: Ella no ve, respondí...si yo lo sé, pero también se que me puede escuchar, él afirmó y se retiró para que yo pudiera pasar a su costado. Los tres payasitos nos acomodamos y decidímos cantar una canción...A Andrea le gustan las canciones?, el padre afirmó, además nos comentó que le gustaban las de HI5 o por Dios...por qué no presté atención a esas canciones pensé, pero algo sabía...iniciamos la cantada. Andrea en todo este tiempo se mantuvo en la misma posición, tenía en la mano un pomo y lo único que hacía era mover sus deditos tocando el objeto...cuando le preguntábamos algo, ella no respondía, es decir, no estableció ningún tipo de contacto con nosotros, parecía inútil estar ahí, pero ninguno de nosotros quería darse por vencido...de pronto recordé haber llevado un cuento: Coco el Cocodrilo, le preguntamos a Andrea si quería escucharlo y al no recibir respuesta, inventamos una comunicación telepática con ella que nos decía si, quiero escuchar un cuento...iniciamos el cuento, cada uno de nosotros era un personaje...la actitud del padre iba cambiando interpretando al final del cuento a uno de los cocodrilos malvados y soltando unas cuantas sonrisas nerviosas. Luego cantamos la canción de Coco El Cocodrilo y nuestra visita terminó.

Sabor amargo?, sentimientos encontrados, no pudimos llegar a ella, bueno al menos lo intentamos...el papá se relajó un poco. Bueno a respirar y dispuestos a entregar en el próximo paciente la misma energía.

Hoy luego de dos semanas, El Doctor Chino y la Doctora Cayita, entraron al cuarto de Andrea, su padre Enrique, no se encontraba sentado en el sillón al lado de su hija como siempre, nos miramos y a la vez dijimos: entramos! el doctor chino empezó a tocar una canción, yo me quedé parada a su costado, resignada, pues pensaba que sería lo mismo, pero que probablemente esa canción la relajaría...Andrea seguía con el pomo de burbujas en la mano, pero tenía el ojito que no estaba tapado abierto y se movía un poco más...me acerqué a ella y le dije: Hola Andrea, soy la Doctora Cayita y tengo una nariz roja en mi cara, el que toca es el doctor chino. Andrea dijo: hola...voltié inmediatamente a mirar al doctor chino, a ver si no era un sueño, escuchaste?? le dije? me habló?...luego le pregunté Andrea recuerdas que te contamos un cuento la vez pasada?, dijo: si. Luego de eso le dije: quieres que te cuente más? me dijo que si, yo feliz, inconscientemente unas horas antes, había metido 3 cuentos en mi maletín, sabía que le había gustado o quería creerlo, mientras este acontecimiento ocurría, Enrique entraba al cuarto con una sonrisa gigante y nos saludaba con mucho cariño, yo le contaba que Andrea nos había hablado y nos había pedido un cuento. Enrique dijo: si, le gustan mucho los cuentos y comenzamos, esta vez con El Pinguino Vicentino, el padre interpretó 4 personajes distintos, cambiando de voces y de tonalidades y soltando pequeñas carcajadas de vez en cuando. Cuando el cuento había terminado, Andrea pidió uno más...le conté otro más super emocionada y la diversión siguió. Cuando nos despedimos de Andrea le pregunté si le había gustado y dijo: Si.

Andrea hoy me dió una lección gigante, nunca nos demos por vencidos, hay alguien que siempre escucha y "menos es más", te prometí más cuentos Andrea...ya los empecé a preparar...