Inteligentes, reflexivos, sensibles y locos...

Hace un par de días...tuve el privilegio de salirme de una situación y permitirme escuchar en su totalidad una conversación entre dos amigos míos: inteligentes, reflexivos, sensibles y locos. Luego me quedé pensando en lo que nos podría haber unido aquella noche en aquel lugar...muchas conjeturas quedaron rondando en mi cerebro que estaba un poco herido por el alcohol en aquel momento...y que ahora intentaré descifrar...

Sé que muchos de los recursos internos impregnados en el temperamento de las personas, han sido sellados en la etapa inicial de nuestras vidas, en el transcurso de las interacciones precoces, preverbales. Sin tener que preguntar mucho o indagar sobre la infancia de mis amigos, puedo comprender sus maneras de reaccionar ante agresiones a las que la existencia los expone y me expone, que a las finales llegan a ser parecidas o resumirse en que luchamos con la vergüenza de sentir ganas de hacer daño a alguien o nos tortura un recuerdo imponente que llevamos a todos lados como un organo podrido de nuestro cuerpo que no podemos extirpar.

La representación del pasado es una producción del presente, pero que ha sido reorganizada...para esto hemos tenido la oportunidad de recurrir a nuestros mecanismos de defensa, que pueden ser: la negación, el aislamiento, la huida hacia delante, la intelectualización o la creatividad...Los mecanismos de defensa, están para protegernos de la amenaza de vida, nos producen síntomas y nace un compromiso de curación...

A las finales es el sujeto sano el que logra expresar el malestar de una sociedad enferma. La mejoría de este sujeto que sufre, la reanudación de su evolución psíquica, esa capacidad de soportar el golpe y poder restablecer un desarrollo mediante circunstancias adversas creo que es la que une y distingue a este trío de locos sensibles que aún no se quieren creer el cuento...