martes, 13 de noviembre de 2007

Ya no es lo mismo...


Cuando tenía 5 años, alguien me regaló un muñeco de Topo Gigio, vestido con un conjunto azul con amarillo que dejaba su panzita descubierta...yo lo llevaba a todas partes, cantaba y jugaba con él...

Cuando tenía 9, coleccionaba un Album de Candy...si si...Candy uuuhhh!!! Lo veía cada vez que llegaba del colegio y le pegaba con devoción las figuritas que había intercambiado en el día con mis amigas...

Cuando tenía 11 años mis papis me regalaron una super bicicleta montañera, negra con rojo, manejarla me hacía sentir rápida, ligera y dueña de mi propio destino...

Cierto día:

Un tío atropelló a mi Topo Gigio que estaba tomando sol en la cochera de su casa de playa. Lloré mucho.

Un niño rompió y rayó mi album de Candy, llegó de visita a mi casa y no tenía nada mejor que hacer. Lo odié mucho.

Un carro sin chofer me atropeyó mientras montaba mi super bicicleta por el parque de mi casa, dejándola con un timón totalmente chueco y con un sonido muy extraño. Me asusté mucho.

Hace poco:

Mis papis me regalaron un Topo Gigio, pero...no tenía su conjunto azul con amarillo y no cantaba igual.

Una amiga me regaló un album de Candy de mi época con todas las figuritas...pero yo no me esforcé por coleccionar cada una de ellas.

Mi padrino me regaló otra bicicleta...pero...no es la que me acompañó en tantas travesías con mis amigas del barrio, no es tan rápida...

Con el paso de los años, lo bueno, lo querido, lo recordado, es irremplazable, nada es lo mismo. Yo tampoco soy la misma, no me emocionan las mismas cosas que ayer, ni me entristecen las mismas penas...las obligaciones aumentan, las demandas también...los requisitos son indispensables pero eso sí...nada me quita lo vivído con aquel muñeco de Topo Gigio, aquel album de Candy y con aquella Super Bicicleta...

3 comentarios:

Anónimo dijo...

No te preocupes, en setiembre concerás a un Topo Gigio tamaño familiar que viene con album de Candy bajo el brazo y esperemos que no bicicleta sino carro. JA.

Unknown dijo...

ay amiga, todavia recuerdo ese carro sin chofer... y yo no tuve mejor idea q aventarme a los arbustos del parque, jaja. Pobechita mi Cayita, ya vendrán cosas mejores, los tiempos cambian y los intereses no son los mismos

Yo Claudia... dijo...

Perdón...yo te aventé a los arbustos para que salvaras tu vida!! y a mí no me quedó otra que estrellarme! Ayyy Cayita!